Dimas Cuevas, uno de los fichajes estrellas del PP es un ignorante. Dijo hace poco que no sabía si alguien como yo era perro o gato. Se sumaba así a la doctrina Botella sobre peras y manzanas, y buscaba como siempre la peor comparación.
Cuando no hemos sido enfermos, desequilibrados o contranaturas, hemos sido perros, gatos o delfines, esto es, somos enfermos y animales. Si lo que separa al ser humano del animal es la razón y el sentido común, tenemos que concluir que algunos representantes del PP si que están más cerca del estadio animal que del racional.
Un señor que no sabe distinguir a un perro de un gato y se mofa de una realidad social para discriminarla, no es sólo un homófobo sino un auténtico ignorante. Y la ignorancia conduce no sólo a cuevas mentales, sino a la caverna de la intolerancia; una intolerancia que es resultado de una falta de instrucción y habilidades sociales que se cura con educación para la ciudadanía. Así se manifiesta el Partido que pretende gobernar en España. Un partido que fichó a dos estrellas para esta campaña electoral, Pizarro y Cuevas, la primera se estrelló con Pedro Solbes y la segunda se estrellará el 9 de marzo.
Mientras tanto, escucharemos de nuevo a Rajoy en el próximo debate con Zapatero. Espero que no vuelva a repetir la felonía de decir que el presidente del Gobierno agrede a las victimas del terrorismo; y espero, también, que no termine con una intervención que, por cursi y relamida, retrata a una derechona que en el extremo y da miedo. En todo caso, sepa señor Rajoy que gracias a la mayoría de izquierdas de este país “su niña” podrá crecer en España, acudir a la enseñanza o la sanidad pública, encontrar trabajo en igualdad con los hombres, desarrollar libremente su personalidad… y si es lesbiana podrá tener reconocida su dignidad, casarse y darle nietos a su abuelo Mariano. Todo ello a pesar del Partido Popular.
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