Yo también quiero TRANSformar Madrid

Corazón azul

Corazón azul
Contra la trata de mujeres

Latinoamérica

miércoles, 14 de mayo de 2008
La reciente visita del Presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha puesto de manifiesto que todavía existen prejuicios hacia la realidad de América latina.
Una realidad que deberíamos observar con esperanza y debemos apoyar con valentía porque forma parte de nuestra propia identidad latinoamericana.
Hoy vivimos una oportunidad sin precedente de desarrollo social, cultural y económico, que compartimos entre las dos orillas, entre “el lado de acá” y “el lado de allá”, como diría Cortázar.
Hoy puede afirmarse que nunca han sido tantas como ahora las democracias en América latina. Es verdad que no todas se están desarrollando al mismo ritmo. Es verdad que muchas parecen plenamente consolidadas, mientras que otras emiten alguna señal que invita a la reflexión. Pero el hecho cierto es que, durante esta primera década del siglo XXI, se está produciendo una transformación sin precedentes: las mujeres, los pueblos indígenas, las minorías raciales y sexuales, están abonando la política con un ímpetu enriquecedor. Esta expansión democrática, que surge desde abajo (foros y movimientos sociales, sindicatos, comunidades religiosas de base…), y recogida por los partidos políticos progresistas, ha cambiado la cara política del continente: nunca han sido tantos los gobiernos de progreso y de izquierda en América latina.
Las relaciones que mantiene España con Latinoamérica no son ya el resultado de la vieja prepotencia imperialista, sino el de la confianza de la ciudadanía española en la democracia, el multilateralismo, y el diálogo. Una confianza que genera confianza. Por eso, nuestro país debe exigir respeto ofreciendo respeto, debe defender legítimamente sus intereses, debe canjear deuda externa por educación, debe escuchar, debe actualizar y racionalizar las políticas migratorias, debe negociar, y debe asumir su liderazgo en la lucha contra la pobreza y la desigualdad…
Esta es la apuesta, en este momento, del Gobierno de España. Ahora bien, con no poca frecuencia, unos pocos sectores de nuestra sociedad, suelen afirmar que es ingenua la política exterior de nuestro Gobierno. Se equivocan. Nunca como ahora América latina mira a España como un referente positivo. Y lo hace porque España ha sabido colocarse como un país más dentro de la realidad latinoamericana, y, porque acá se están desarrollando políticas sociales que allá desean también aplicar. Vivamos, pues, este momento histórico con valentía y sin prejuicio, porque en Latinoamérica está una parte importante de nuestro futuro

+Igualdad

viernes, 9 de mayo de 2008
La Ley por la igualdad de trato y contra la discriminación será una de las banderas de esta legislatura.
Será una iniciativa pionera en el mundo, un nuevo paso de España en la lucha por la igualdad, la próxima conquista ciudadana de todo un país que está logrando afianzarse, por derecho propio, en el liderazgo de la defensa y promoción de los derechos y las libertades. Pero también será, durante su elaboración, tramitación y votación, un magnífico indicador para calibrar la altura de miras de una derecha que hoy está muy convulsa, y que mañana puede volver a caer en la tentación de parapetarse en el pasado y la obstaculización de cualquier avance político o social. El Partido Popular puede, faltaría más, embarcarse en los conflictos internos que quiera. Tienen derecho al espectáculo, incluso a un espectáculo tan poco edificante como el que están representando alguno de sus dirigentes. Eso sí, nuestro país necesita una derecha sensata capaz de digerir el mensaje de las urnas con madurez, pero sobre todo capaz también de interiorizar que hay iniciativas, como la Ley integral por la igualdad de trato y contra todas las formas de discriminación, que son necesarias, decisivas y valiosas para el presente y el futuro que todas y todos compartimos. Una Ley necesaria por los valores que la inspiran, pero también porque hay demanda ciudadana, porque son muchos los colectivos, asociaciones y movimientos sociales que llevan años reivindicándola. Una Ley decisiva, porque la fortaleza de cualquier país es siempre proporcional a la libertad y la protección de sus ciudadanas y ciudadanos, y esta Ley seguro que reforzará la protección de todas las mujeres y los hombres ante la dominación y la discriminación. En fin, una Ley que será valiosa porque al promover el respeto mejorará la convivencia y reflejará la sintonía de nuestra democracia con nuestro tiempo, con los retos del mañana, con nuestras vidas, con la España que queremos y que nos merecemos

1º de Mayo

viernes, 2 de mayo de 2008
Hoy más que nunca hay que celebrar el Primero de Mayo: Día Internacional del Trabajo
Hace 122 años se inició, en Chicago, una huelga que culminó en una de las principales conquistas en la historia del movimiento obrerista: la jornada laboral de ocho horas. Aquella movilización desembocó en la Revuelta de Haymarket, por la que un grupo de sindicalistas -"los mártires de Chicago"- fueron condenados a muerte en un juicio fraudulento, y ejecutados posteriormente en la horca. José Martí, que por entonces trabajaba como corresponsal en Estados Unidos, recogió las últimas palabras de uno de aquellos mártires (Hessois Auguste Spies): "la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera decir yo ahora".
Esa es la voz que sigue recorriendo las manifestaciones del Primero de Mayo en todas las grandes ciudades del mundo. Y es que todavía hoy se violan sistemáticamente los derechos laborales en decenas de países. Todavía hoy hay quien consigue erosionar esos derechos. Por eso son tan necesarios los sindicatos y los partidos políticos de izquierdas.
También en España. Lo hemos visto durante la campaña electoral de las recientes elecciones generales. Recordar que el Partido Popular respaldó la política de los neoconservadores estadounidenses que provocó la actual desaceleración económica mundial (guerra de Irak, crisis en el mercado hipotecario...); recordar que después anunciaron, por boca de Arias Cañete, la inminencia de "recortes sociales brutales" si obtenían la victoria en las urnas; una victoria que quisieron cosechar a base de sembrar xenofobia, haciendo comparaciones odiosas y afirmaciones discriminatorias hacia quienes han venido a nuestro país a trabajar honradamente. Por eso el 1º de Mayo, además de honrar a quienes dedicaron y dedican su vida a mejorar las condiciones laborales de millones de personas, también celebra que en España, según ha manifestado el Gobierno socialista, no se recortará ni prestación ni derecho social alguno a las trabajadoras y trabajadores, esto es, se gobernará en interés de la inmensa mayoría de la ciudadanía española