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Foro en Belém

viernes, 30 de enero de 2009
En estos días se está celebrando el Foro Social Mundial en Belém y el Foro Económico Mundial en Davos. Y mientras en Davos cunde el pesimismo, en Belém existe una enorme efervescencia. Mientras en Davos se hace insuficiente autocrítica del neoliberalismo salvaje que nos ha llevado a la crisis, en Belém seguimos manifestando, con razones y soluciones sostenibles, que “Otro Mundo es Posible”.

Aquí en Belém nos hemos dado cita más de 140.000 participantes, de más de 5.600 movimientos sociales que representan a 150 países del mundo entero. Vuelve, pues, el Foro Social a Brasil. Tras su paso por Nairobi, esta enorme asamblea ciudadana retorna al continente que la vio nacer hace ya unos años. Se trata de un hecho significativo pues, sin duda, los Foros celebrados en Porto Alegre marcaron, para bien, la historia reciente de Latinoamérica.

Directa o indirectamente, muchas exigencias de los movimientos de ciudadanos y de izquierdas que se dan cita en estos encuentros, han sido determinantes en el devenir político de muchos países latinos. Así, no es de extrañar que sea esperada la aparición conjunta de los presidentes de las Repúblicas de Brasil, Ecuador, Bolivia, Paraguay y Venezuela. Y es que mucho tiene que ver Lula da Silva con las reivindicaciones que durante años se sucedieron en estos encuentros. Lo mismo cabe decir de presidentes como Correa, Morales o Chávez o Fernando Lugo.

Claro está que cada proceso democrático tiene características diferenciales, pero en los casos mencionados late un denominador común: son fruto de los movimientos de visibilidad y reivindicación de realidades que durante años han estado completamente apartadas de los respectivos gobiernos cuando no segregadas o perseguidas (movimiento de los sin tierra, mujeres, indígenas, diversidad sexual, ecologistas…).

Se sigue demandando aquí el denominado círculo virtuoso. Un círculo de progreso que nace de la reivindicación ciudadana, que pretende incorporar su demanda a los programas de los partidos politos de izquierda, para una vez alcanzada la mayoría parlamentaria suficiente se pueda gobernar y devolver al pueblo su reivindicación convertida en ley.

Se trata de apostar por la justicia social, por la por la erradicación del hambre, del analfabetismo, por políticas y amparo público en la educación y la sanidad. Se trata de reconocer muchas realidades que jamás habían tenido la oportunidad de participar.

Así es como se entiende que la llegada a la Presidencia de Lula no se entienda sólo como una victoria de la izquierda, sino como una victoria simbólica que determinó que un sindicalista sea Presidente de la República, de igual forma habría que entender que un aymara sea Presidente de Bolivia, que un ex obispo defensor de la teología de la liberación lo sea de Paraguay, o que todos ellos, incluidos los presidentes de Ecuador y Venezuela, representen el mestizaje como la mayor y mejor fuerza de América Latina.

Y subrayo este hecho, pues existen sectores exquisitos dentro de la izquierda europea que no significan estos hechos cuando de América Latina se trata y sólo lo hacen cuando hablamos del Presidente Obama en EEUU.

Es más, gracias a los Foros Sociales no sólo se conoce cada vez mejor América Latina, sus inquietudes y sus demandas, sino que, además, gracias a estos encuentros siguen surgiendo ideas que deben nutrir a los partidos de izquierda en toda Latinoamérica, acá y allá.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Me parece impecable que incluyas a los presidentes de Ecuador y Venezuela, cuando la izquierda española tiene a discriminarlos, te honra :)