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Laicidad como antídoto

viernes, 16 de enero de 2009

Conviene recordar, en este tiempo de incertidumbres y conflictos bélicos, que la defensa de la libertad de conciencia y de la libertad religiosa es fundamento y anclaje de la Democracia y de la Paz.

A lo largo de la historia de la humanidad han sido innumerables las guerras, y prácticamente en todas puede reconocerse, de un modo u otro, el rastro del nacionalismo excluyente o del integrismo religioso. Por eso, ante la barbarie inducida por los de siempre, los intolerantes y los violentos, se debe alzar la defensa de la libertad, la igualdad y el respeto. Así es como se construye la laicidad como energía tranquila, serena, inclusiva y democrática. Y es que la laicidad cobra fuerza porque es un movimiento que se nutre de otros movimientos. Un movimiento de progreso pacífico en el que pueden reconocerse y coincidir grupos diferentes, desde los religiosos que apuestan por la pluralidad hasta los ateos, pasando por racionalistas, librepensadores o agnósticos. Pero es que, además, la laicidad asienta su propio caudal en el terreno de nuestro tiempo, en el mestizaje de nuestras sociedades, en las personas que se quieren y se respetan con independencia de su color, creencias, orientación sexual u origen.

Nos ha tocado compartir un momento en el que la mundialización de la economía, la revolución de los transportes y la tecnológica, están generando cambios rápidos y a gran escala. Cambios que probablemente sólo pueden compararse a los que se produjeron con la revolución industrial y que, lógicamente, están generando inseguridades e incertidumbres. Así, ante la caída de los grandes relatos, de muchos dogmas y de determinadas certezas, puede tomarse el camino que nos separa o aquel que nos une, suma y reúne en la convivencia y la confianza. Debemos creer y defender, pues, que el espacio público es el único camino que nos permite avanzar sin dejar a nadie atrás. Así, debemos apostar por las libertades, por los derechos de ciudadanía, por la solidaridad por encima de las diferencias culturales e identidades particulares, reconociendo los valores comunes y aceptando que nuestra diversidad es una fuente de riqueza; debemos apostar, pues, por los espacios de encuentro y por la laicidad como clave de futuro.

Por todo lo anterior, debemos decir no a los fundamentalismos, a los particularismos excluyentes, a cualquier expresión que fomente el machismo, el racismo, la homofobia... Y sí a la solidaridad, al respeto y a la integración desde la diferencia de cada cual. Sí, ahora más que nunca, a la Alianza de Civilizaciones, no sólo a escala global sino también en nuestras casas, barrios, ciudades... Un sí laico. Y es que la diversidad de nuestra sociedad –que es nuestra riqueza- marca la urgencia de avanzar hacia la laicidad. Porque la laicidad es antídoto de extremismos políticos e integrismos religiosos.

4 comentarios:

Sugutupú dijo...

Gran razón estas palabras llevan. Si no fuera por las religiones, muchas guerras se habrían evitado y muchos inocentes seguirían vivos.

Sin duda hace falta una mejor educación basada en el respeto (algo poco presente en nuestra sociedad) y la tolerancia; enseñando que los insultos y calumnias no llevan a nada más que a perjudicarse a sí mismo.

Y es que cada uno puede pensar religiosamente como quiera... siempre que se respeten las otras formas y haya un consenso.

raquel dijo...

Buenos días:
Ojalá todas las personas fuesen educadas desde el respeto a la diversidad, porque es por este principio que debería empezar todo; el fanatismo ha sido y sigue siendo la peor de las conductas ante la que cualquier ciudadano pueda rendirse; hace tiempo escuchaba al cineasta, Woody Allen, afirmar que:- "las religiones y los partidos políticos tienen siempre un punto de separatismo que no ha beneficiado al conjunto de la sociedad a lo largo de los siglos"-, dicho así, uno podría corroborarlo fácilmente, pero, yo añadiría que no es lo mismo la lucha por el poder absoluto, en forma de regímenes totalitarios, que la lucha desde el respeto hacia los ciudadanos para llevar a cabo un proyecto que consideramos óptimo para los mismos y que son ellos quienes deben decidirlo libremente ejerciendo su derecho al voto y aportando otros puntos de vista,donde la discrepancia no simboliza exclusión, sino aportación, esto es lo realmente instructivo de la democracia, por eso, es imprescindible cuidarla y defenderla para que la garantía del respeto a las diferencias sea una realidad efectiva; por eso, me siento orgullosa de vivir en un país donde se han ampliado derechos y libertades con el concenso mayoritario de los ciudadanos que han desaprobado la discriminación en cualquiera de sus manifestaciones.

Perros de Pávlov dijo...

Buenos días. Estoy de acuerdo con los términos de esta conversación respecto a los fundamentalismos religiosos. En éste, mi país de acogida, la Iglesia Católica invade por dinero y poder, espacios de diálogo, conocimiento, educación y salud. Además de las religiones, también es importante desmitificar conceptos como "libertad",que funciona como palabra excusa de invasiones y guerras. Me preocupa cómo recuperar el lazo social, las redes de solidaridad, perdidas en el consumismo acérrimo donde la pertenencia ya no es social, sino de marketing. Nos apedillamos Nike y comfortablemente adormecidos, hemos dejado que el libre mercado nos coloque a la interperie y desvalidos. Sólo el lazo social y el trabajo en conjunto podrá hacernos afrontar la actual crisis.Ahora, los inmigrantes aparecemos como responsables del paro en el discurso de la calle, incluso en boca de personas de buena fe. El texto simplista, creador de demonios, es heredero de las religiones. Ojalá que el desempleo actual no nos lleve a vivir pequeñas guerras cotidianas entre pares. Ojalá que nó sólo nos salve el arte, sino también el arte de la política.
Desde Benidorm, un abrazo fuerte.

Silvia E. Makowski dijo...

Totalmente a favor de la laicidad y la libertad de creencias. ¿Objetar "Educación para la ciudadanía" porque según dichos objetores: "supone una intromisión en materias que afectan a la moral y la conciencia de los niños"?
¿Me pueden explicar estos objetores qué se hace en la asignatura de Religión?
Os recomiendo el artículo al respecto del siguiente blog:
http://teatropolitico.blogspot.com/