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Corazón azul

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Contra la trata de mujeres

La Gran Vía

lunes, 5 de abril de 2010
Sólo tiene un kilómetro y medio, y eso le basta para que la vida fluya por ella durante 24 horas. Así, para ver la Gran Vía de Madrid vacía sólo podemos recurrir a la imaginación o al cine de Amenábar o a las pinturas de Antonio López…

Cuando llegué a Madrid caminé por la Gran Vía y supe que esta calle iba a formar parte de mi vida. Era, y es, un constante ir y venir de transeúntes, del que anda despacio, del que casi corre sin darse cuenta, del que entra y sale de tienda en tienda y de bar en bar, y del que se asombra al admirar los edificios que conforman esta magnífica calle. La Gran Vía es todo eso y más. Es pasear por ella, mirar a la gente, observar cómo discurre el tráfico, ir de compras, recorrerla todos los años en el día del Orgullo, asistir a alguno de sus múltiples espectáculos, reunirme con mis compañeros y compañeras del Partido Socialista de Madrid en el Palacio de la Prensa de Callao, tomarse una copa en el Chicote... De día o de noche siempre hay algo que hacer y de lo que aprender.

La Gran Vía ha vivido 100 años intensos y conocidos, pero hay otra historia, la de aquellas mujeres y hombres que viven, trabajan o simplemente transitan por ella. Mi homenaje es para toda esa ciudadanía que vive la Gran Vía como hay que vivirla, viviéndola, y sin cuyas vivencias esta gran calle de Madrid no existiría tal cual la conocemos.


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2 comentarios:

Randle dijo...

Es estupendo el detalle, muy merecido homenaje.

Antonio dijo...

Yo hoy echo de menos la Gran Vía desde lejos, muy lejos. Desde Japón. También forma parte de mi vida, pero también hoy descubro con estupor como el PSOE se está poniendo de acuerdo con el PP para que la Gran Vía y el resto de España me queden todavía más lejos, con ese pacto que me impedirá votar en próximas elecciones. Yo vivo en Japón, sí, pero soy ciudadano español y también he salido a la calle a defender mis derechos, como gay y por otros motivos. Tú que has nacido en Venezuela por el exilio de tu familia, supongo que entenderás que el lugar en que uno vive no siempre es posible elegirlo, pero que el sentimiento de ciudadanía no depende sólo de la residencia. Te pido que tú que eres miembro destacado del PSOE me ayudes a poder seguir celebrando la democracia española con mi voto, oponiéndote a ese pacto.