Buenas Prácticas

Ayer tuve el honor de clausurar, junto con mi compañera Maru Menéndez, las jornadas “Consolidando la integración: buenas prácticas municipales”, organizadas por la secretaria de inmigración PSM-PSOE, Macarena Elvira; unas jornadas donde compañeras y compañeros de Fuenlabrada, Getafe, Aranjuez, Alcorcón, Leganés, Coslada, Mejorada del Campo y Collado Villalba, nos dejaron claro cómo un Ayuntamiento puede y debe hacer bien su trabajo en materia de inmigración.

Hablar de buenas prácticas quiere decir hablar de experiencias que han arrojado resultados positivos y demostrado su eficacia y utilidad en un contexto concreto. Esto implica, entre otras cosas: destinar recursos suficientes, realizando una gestión clara y transparente de los mismos, trabajar con un enfoque multidimensional e interdisciplinar, reducir los factores de vulnerabilidad de las personas a las que van dirigidos los programas y por supuesto diseñar respuestas específicas para necesidades particulares.

Todo lo anterior, no ocurre en el Ayuntamiento de Madrid. Así, la falta de apuesta económica del alcalde Gallardón para la integración, está suponiendo el cierre de la mayoría de los programas y servicios; servicios tan importantes como: El Servicio de Mediación Social Intercultural (SEMSI), la escuela de Convivencia Intercultural de la Ciudad de Madrid, los Proyectos de Integración en todos los distritos, el Programa para la educación en la tolerancia y solidaridad en los centros escolares, el Programa “Jóvenes Madrid”, el Servicio de Apoyo a la gestión de la Diversidad, y el Observatorio para la Convivencia y la Integración de la ciudad de Madrid y con éste el Foro Madrid para el Diálogo y la Convivencia y las 21 mesas distritales para el Diálogo y la Convivencia. Esta claro, pues, que el Ayuntamiento de Madrid, a diferencia de los Ayuntamientos gobernados por el Partido Socialista, no tiene nada que aportar en cuanto a buenas prácticas en materia de integración y convivencia, es más, creo que su política está orientada a generar tensión social para obtener de ello un rédito electoral, lo que es una irresponsabilidad política que demos denunciar desde los partidos y el tejido asociativo. Eso sí, espero que dentro de un año y un mes la cosa cambie, y las mujeres y los hombres socialistas podamos demostrar, con hechos y con buenos resultados, que sí creemos y apostamos por la convivencia y la integración.

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