Quiero desde este blog apoyar a la Asociación de Madres y Padres (AMPA), profesorado, alumnado y personal no docente, del Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Mirasierra, así como a la vecindad del barrio de Mirasierra en el Distrito Fuencarral-El Pardo del municipio de Madrid, ya que la Comunidad de Madrid ha decidido unilateralmente que, para hacer la estación de metro y las correspondientes bocas de entradas de la ampliación de la línea 9, hay de derribar una parte fundamental de este centro.
Bajo el lema “NO AL DERRIBO, SÍ AL METRO”, los afectados y quienes los apoyamos, hemos iniciado una campaña para hacer oír nuestra voz ante quienes pueden remediar que el curso próximo haya más de 1600 alumnas y alumnos afectados por esta decisión para la que hay alternativa. Una decisión que se ha tomado con toda la insensibilidad de la Presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y la pasividad e indiferencia del Alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Se trata, a mi entender, de un nuevo embate de la Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid contra la enseñanza pública.
Cuando hablo del IES Mirasierra, no estoy hablando de un instituto cualquiera, habló de un instituto con solera, hablo del único instituto público de gestión directa de la zona, con un proyecto educativo modélico, un proyecto en el que educación equivale a desarrollo integral y armónico de todas las facetas del alumnado. Un centro educativo que ha recibido múltiples reconocimientos y premios regionales, nacionales e internacionales, que lo convierten en uno de los mejores centros de la ciudad de Madrid y de la Comunidad de Madrid. Quizá algunos no puedan aguantar que un centro público, como el Mirasierra, demuestre ser mejor en excelencia y calidad que los privados y concertados de las mismas características. Es más, estoy seguro que si en lugar del Mirasierra estuviéramos hablando de un centro privado ni un solo ladrillo se tocaría del mismo. En definitiva, un proyecto laico en el que se da prioridad a los valores, las destrezas y los conocimientos.
Y por si todo lo anterior fuera poco, hay alternativas técnicas, económicamente razonables, en el entorno próximo al IES y es que allí hay suelo libre, sin condicionantes y sin edificaciones que impidan la ubicación de la estación que se pretende en una zona próxima, distinta a la parcela del IES; un lugar que garantice el derecho a la educación pública y que beneficie a la vecindad y a la ciudad de Madrid.
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