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Corazón azul

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Contra la trata de mujeres

Presas del franquismo

domingo, 11 de octubre de 2009
Acompañamos en Segovia a mujeres que lucharon contra la dictadura franquista; entre ellas, Valentina Camacho que, con su intervención, nos emocionó a los allí presentes. Hablamos de la mujeres presas y represaliadas por el franquismo; mujeres encarceladas que sufrieron en su cuerpo y en su alma la ignominia de la prisión sólo por defender sus ideales o a su familia, tal y como dijo Gervasio Puerta, Presidente de la Asociación de Expresos y Represaliados Políticos Antifranquistas.

Allí, en Segovia, se ha erigido un monumento, en su memoria, una escultura del artista Antón Otero Besteiro que representa a una mujer que con su mano derecha empuja los barrotes y cadenas de una prisión y en su mano izquierda sostiene un trozo de pan y cuatro plumas en las que aparecen escritas las palabras Paz, Justicia, Salud y Libertad, principios por cuya defensa lo sufrieron muchas mujeres en España.

Fue un acto emocionante donde participaron cientos de personas, mayormente mujeres de toda España, algunas de las que estuvieron encarceladas y familiares de muchas de aquellas que ya no se encuentran entre nosotros. En su nombre habló Vicenta Camacho que permaneció encarcelada durante cuatro años en Segovia por militar en el Partido Comunista, fue una intervención cargada de emoción en la que resalto: “en la cárcel sufrimos, luchamos y hoy seguimos luchando por defender todo lo que hoy tenemos y lo que nos ha costado conseguir".

Toda mi admiración y mi reconocimiento para las miles de mujeres valientes que lucharon con todas sus fuerzas por los valores republicanos de Libertad, Igualdad y Fraternidad, contra el hambre, la miseria, la justicia social o el miedo, en una época terrible en la que muchas lo pagaron con la vida cuando fueron perseguidas no solo por motivos políticos, esto es, por rojas, republicanas, socialistas, comunistas, sindicalistas, feministas… sino también por ser compañeras, madres o hijas de rojos. No son mujeres olvidadas, ni invisibles; son nuestras madres, abuelas o bisabuelas. No las olvidamos, son parte de nuestra historia y su memoria, y su fuerza no nos dejará jamás.

2 comentarios:

raquel dijo...

Toda mi solidaridad para con ellas y demás víctimas de cualquier tipo de dictadura que se precie; las dictaduras, los planteamientos extremistas y totalitarios, sólo saben aportar retroceso, miseria y dolor a las sociedades que deben padecerlos, es por eso, que quienes hemos nacido en democracia, debemos tener siempre muy presente que un país sólo es libre y progresista, si se construye desde el respeto y tratando de conseguir un consenso colectivo, que estoy echando bastante en falta desde la clase política de este país, más preocupada por sus intereses particulares que por el bien del conjunto de la ciudadanía, lo que resulta seriamente preocupante para todos.

Anónimo dijo...

Mi solidaridad y reconocimiento a todas y cada una de ellas en el recuerdo de mi abuela Rosario Pérez Bouzas quién sufrió la pérdida por el fusilamiento de mi abuelo, D. Maximino Fernández Rodríguez y por lo tanto tuvo que cargar sobre sus hombros la intolerancia del régimen por ser esposa de " rojo" y por lo tanto, tuvo que marchar hacia el exilio argentino con 4 niños pequeños.
Hoy, sus nietos seguimos comprometidos con la misma causa por el que fuera asesinado nuestro abuelo. No perdonamos. No nos reconciliamos. No olvidamos.
Carlos Fernández Rial
PSOE Buenos Aires